Con tecnología de punta, mejores dependencias y disponibilidad para sus pacientes, el nuevo hospital se encuentra entre los mejores establecimientos públicos nacionales y su Servicio de Neurocirugía avanza con él.
Mediante una inversión de 75 mil millones de pesos, el nuevo Hospital Regional de Rancagua (HRR) se abrió al público el primer semestre del 2016 luego de un periodo de traslado desde el antiguo edificio y recientemente se anunció que será parte del programa Techos Solares Públicos del ministerio de Energía. Se construirá una planta fotovoltaica que permitirá abastecer gran parte de sus necesidades con energía limpia y evitará la emisión de 160 toneladas de CO2 al año. Así el HRR no sólo estará a la vanguardia médica y tecnológica, sino que también ecológica.
El nuevo hospital responde a las necesidades de la sexta región con una amplia cartera de servicios, entre ellos neurocirugía, especialidad que ha crecido en la zona desde su implementación el 2005. “Partimos dos y ahora somos 11”, dice el jefe del Servicio de Neurocirugía, Franco Ravera. Siendo una especialidad intrínsecamente relacionada con la tecnología y sus avances, dicha área del establecimiento se ha visto beneficiada potentemente por la renovación. Así lo describe José Miguel Müller, neurocirujano pediátrico del HRR: “El hospital entero mejoró. Desde la limpieza, a los guardias, a la seguridad y –tal vez donde nosotros más nos damos cuenta– en pabellón. Es grande, eso permite que tengamos, desde el punto neuroquirúrgico, varios implementos en el mismo lugar trabajando”.
Entre dichos instrumentos está el neuronavegador y el microscopio quirúrgico avanzado, los dos de reciente adquisición y alta modernidad. Pero fuera de pabellón también se encuentran otros implementos de tope de línea que marcan una diferencia: el resonador magnético de 1,5 tesla –con un campo magnético 30 mil veces más fuerte que la gravedad– y el escáner, ambos Siemens, marca alemana de gran reconocimiento. David Lobos, tecnólogo médico de la unidad de imagenología y supervisor de área de resonancia, explica que el primero “permite hacer todo tipo de prestaciones y lo más potente que tenemos desarrollado es el tema neurológico: neuroimágenes por perfusión, técnicas de espectroscopia, posprocesos, tractografía”.
Además de la avanzada tecnología de los implementos y espacios, una de las características del HRR es su amplio público. No sólo se encargan de la atención de toda la región, sino que en varias áreas médicas específicas reciben ciudadanos de otras zonas, algunas veces lejanas. Entre ellas está incluida la neurocirugía pediátrica, que según el Dr. Müller aporta a la descentralización aliviando “las listas de espera que hay a nivel central y nos hacemos cargo de lo que es la zona centro sur: sexta, séptima y un poquito de la octava región”. Lo que se evidencia de mayor manera en la cirugía fetal intrauterina –donde los especialistas del Servicio de Neurocirugía son pioneros en su ejecución junto a la Clínica Las Condes y el Hospital Carlos Van Buren–, ya que reciben pacientes de todo Chile e incluso de Lima, Perú.
Para los estudiantes de áreas médicas también ha sido fundamental la construcción del nuevo hospital, dado a que con sus nuevos espacios y mayor capacidad tienen facilidad para ser un establecimiento educativo. Francy Soto, instrumentista especializada en neurocirugía que trabaja junto al equipo del servicio desde su creación hace 12 años, explica con gran orgullo que “pasamos a ser un hospital de formación. Vienen los becados de Santiago. Acá también hay un curso de instrumentistas en el Santo Tomás. Las instrumentistas salen de ahí y hacen la práctica acá, así que estamos renovando de todo”.