María Teresa Labra, directora (s) del INCA: “Los neurocirujanos se han dado cuenta de la conveniencia de conocer cómo se gestiona un hospital”

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Durante siete años la Dra. María Teresa Labra –neurocirujana con vasta experiencia en urgencias y una autoridad en administración pública– ha cumplido el rol de subdirectora médica del Instituto de Neurocirugía Dr. Asenjo (INCA), pero desde marzo de este año que se desempeña como directora subrogante del establecimiento, encargándose de su gestión y de llevar el recinto a un desarrollo permanente.

“Me pareció un desafío interesante, en el sentido de aplicar mis conocimientos neuroquirúrgicos y de la institución para ‘hacer que las cosas pasen’”, dice Teresa cuando recuerda el por qué asumió como subdirectora médica del INCA. Después de finalizar su formación en el mismo Instituto de Neurocirugía, se asentó en el extranjero por casi una década, para luego volver a Chile y enfocarse en turnos de urgencia en la Posta Central y en el INCA, donde vivió 16 años de esta dinámica.

Mientras que el 2012 aceptó el desafío de la subdirección médica, este año se enfrentó a un reto mayor: el director del instituto fue comisionado a otro hospital y Labra asumió el cargo de directora subrogante, profundizando su acercamiento a la administración pública, utilizando su vasta experiencia y creciendo día a día como profesional de la temática.

Cuando define la administración pública y su objetivo en un establecimiento como el Instituto de Neurocirugía Dr. Asenjo, la Dra. Labra es clara: “Administrar, organizar y gestionar se aplica a todas las actividades de nuestra vida. El hecho de decir público –administración pública– nos da un marco normativo, con las ventajas y desventajas que esto conlleva.”.

Paso a paso

En los siete años que se desempeñó como subdirectora médica del INCA, Labra describe su labor como un trabajo en conjunto con el –en ese entonces– director del establecimiento, el Dr. Marcos Vergara, médico especialista en Salud Pública. En el periodo trabajado juntos dice que se fortaleció el modelo de gestión del instituto, donde el trabajo en equipo realizado por el Comité Ejecutivo fue esencial, conformado por las subdirecciones de Cuidado, Administración y Finanzas, Operaciones, Gestión y Desarrollo Médico y de las Personas, Calidad y unidad de Gestión y Desarrollo.

“Este modelo de trabajo nos ha llevado estar en los últimos cinco años en el segundo o primer lugar de los hospitales autosgestionados de Chile, a acreditar y reacreditar nuestro instituto. Somos un establecimiento con cuatro mil egresos –de los cuales 65% son quirúrgicos–, que cuenta con Servicio de Urgencia para niños y adultos para neurocirugía de mediana y alta complejidad”, aclara la profesional y asegura que allí se atiende un promedio de 25 urgencias diarias y 3,2 cirugías diarias.

Además, entre las facultades del INCA se cuenta con un Servicio de Neurorradiología Diagnóstica e Intervencional y un Servicio de Neurocirugía Pediátrica. “Somos un instituto de alta complejidad: 1,67 el año 2018, siendo la complejidad media del país 0,9”, destaca la directora subrogante.

El instituto desde adentro

Cuando se refiere específicamente a la administración pública del INCA, la Dra. Labra asegura que el establecimiento y su gestión pública destaca “por las características del  Instituto de Neurocirugía, un hospital de una sola especialidad y pequeño. Tenemos 98 camas, tenemos la posibilidad de tener un mejor control de lo que hacemos”.

Pero no todo es positivo, ya que el reducido tamaño limita la posibilidad de acción: “La complejidad cae en el hecho de ser de alta complejidad, con pacientes graves que deben ser resueltos en periodos breves de tiempo. Ser un hospital con infraestructura antigua –70 años– no nos permite desarrollar todo lo que quisiéramos. Por ejemplo, modificar nuestra cartera de servicios y aumentar la oferta de prestaciones».

Aún así el INCA sigue destacando en el contexto nacional, particularmente como centro de referencia para la patología neuroquirúrgica compleja, y Labra comenta en esa línea que «somos un instituto de derivación nacional, docente y que presta asesoría a otros hospitales , especialmente de regiones».

El camino público

Para la Dra. Teresa Labra, la administración pública fue un camino que tomó luego de años estudiando y practicando la neurocirugía, obteniendo conocimientos que la prepararon para desarrollarse en esta área y que le permiten aconsejar a quienes les interesa esta especialización a que conozcan cómo funciona su hospital: «Es muy entretenido, les será de mucha utilidad para lograr sus objetivos en cuanto a implementar cosas nuevas. En el INCA tratamos de interesar a los médicos y yo pienso que saben más de lo que ellos mismos creen.». 

Tal fue su interés y enfoque en la administración pública que actualmente la Dra. Labra no practica la neurocirugía, sino que es la mano oculta que permite la gestión de la especialidad. Desde ese rol es donde opina sobre la neurocirugía chilena: «Me parece que estamos bastante organizados, ya que por las características demográficas y geográficas de Chile, con regiones expuestas a aislamiento en varias épocas del año –como Coyhaique–, hay grupos de neurocirujanos cada vez más capacitados y dispuestos a asumir los desafíos, especialmente de urgencia». 

«Cada vez más los neurocirujanos se han dado cuenta de la conveniencia de conocer cómo se gestiona un hospital y posicionar la especialidad en su lugar de trabajo», destaca Labra y dice que una forma de mejorar la practica es potenciar la comunicación entre profesionales: «Relacionarnos las distintas generaciones que practicamos la especialidad, ser generosos en compartir el conocimiento, proyectar nuestro crecimiento de acuerdo a nuestra realidad local, realizar seguimiento de los pacientes que operamos, evaluar resultados, publicar nuestra experiencia y participar a nivel internacional». 

Esa participación que la Dra. Labra destaca como factor que permite mayor desarrollo de la especialidad, se replica en la administración pública nacional, ya que según la directora subrogante del INCA los neurocirujanos también deben participar de dicha área, para así mejorar las falencias del sistema: «Salud es un tema complejo debido a las expectativas que existen respecto a resultados. Hay un camino que recorrer en cuanto a modernizar la infraestructura a nivel de todo el país y optimizar el acceso de las regiones a especialistas». 

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